Actitudes para el Cambio

¡Ah…como es fácil quejarse en el trabajo!

¡Eso podría ser hecho de esta manera, para qué complicar! ¡Bien que fulano podría ayudarme, en vez de ser adulón! ¡Ella es la preferida del mandamás! ¡Ojalá que no me pida! Etc… etc… etc…

Seguro que has escuchado comentarios en tu trabajo de esta naturaleza. ¡Menos mal, que no fuiste tú!

¡Conscientemente, hasta sabemos que no es la manera correcta de pensar, comentar o actuar! Sin embargo, con el pasar del tiempo o de las circunstancias suele acontecer, por varios motivos: estrese, sentimiento de injusticia, cansancio, sobrecarga de trabajo, insatisfacción con la empresa o el jefe, sueldo que no alcanza más, paciencia agotada por situaciones repetitivas, ausencia de vacaciones u otras oportunidades mejores.

¿Cuál sería la salida?

Todo lo mencionado anteriormente, tiene un culpable. ¡Eres tú!

Es cómodo derivar responsabilidades a los demás, al final, tiene el mismo efecto que sacar la jeringa de nuestras nalgas.

Actitudes positivas y profesionales deben y pueden ser contagiadas en los ambientes laborales. ¿Cuáles serían?

Pasamos a enumerarlas:

La primera entre todas, no menos importante, es demostrar interés y estar abierto para realizar las actividades con ganas y dando lo mejor de ti en la ejecución, por más sencillas y rutinarias que sean. Es notoria, queda evidente, no hay como disfrazar cuando hacemos algo con desdén. Si, por un lado, nos preocupamos en mostrar lo bueno nuestro, empezando por la apariencia, sonrisa, educación y gestos, el reverso de estas características difiere enormemente, de aquel momento donde “pelamos”, para conquistar el puesto ahora ocupado.

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Uno de los métodos para activar el interés es preguntar con propiedad en búsqueda de respuestas que conlleven a mejoras en los quehaceres. No se preocupe si al principio parezca falta de conocimiento, porque en realidad refuerza: proactividad, preocupación y demuestra cometimiento.

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Es cambiar las costumbres reactivas, después que aconteció, por aquellas proactivas que anticipan los hechos y resultados. ¿Cómo se hace? Simplemente observando y pensando antes de proceder.

Sepa distinguir lo importante de lo urgente. Uno de los factores de lucha, que está impregnando la generación “Z”, a pesar de ser nativos digitales (convivencia con la Internet, redes sociales y otros recursos tecnológicos) es la procrastinación. Se observa, actualmente, la batita en la misma tecla, para que las cosas fluyan con rapidez, dejando escapar lo analítico y contextual, antes mismo de establecer las prioridades.

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Observar, analizar, identificar los problemas, sugerir y encontrar soluciones, son competencias esenciales que no solo te proporcionará una estabilidad y respeto profesional, sino apalancar tu carrera, sea en el área de actuación o abriendo nuevos escenarios futuros, caso contribuyas con los demás departamentos de la empresa, no limitándose a mirar únicamente, tu ombligo.

Finalmente, acepte, adore y agarre desafíos, no te conformes con menos, ve más allá al final del túnel, de lo que se espera de ti. Ayuda a desarrollar mejor las rutinas de tus compañeros de trabajo siempre que sea posible. Demuestra que puedes asumir mayores responsabilidades. ¡Lo imposible es no intentarlo!

Ahora, caso no te sientas confortable para hacerse cargo de estas actitudes en tu trabajo, renuncia y siga en frente pero; de por cierto para un nuevo trabajo, comportamientos como estos igualmente serán exigidos y observados.

¡Piense en eso! 

 MBA Celso Mello de Freitas